¿Qué puedo hacer yo? Igualdad en las AAPP
Según el
Instituto de Estadística de La Rioja a partir de datos de la Consejería de Administración
Pública y Hacienda, en el año 2020, existe un total de 10.935 personal público,
englobando Administración General, Docencia no Universitaria, Sistema Nacional
de Salud, y Administración de Justicia.
El número de
hombres es de 3.143, y de mujeres 7.792, siendo datos en bruto. Se debería
analizar después el Cuerpo de pertenencia, y el puesto que ocupan.
- Un buen comienzo sería elaborar y analizar unos planes de igualdad para ver qué medidas serían apropiadas para combatir cualquier tipo de desigualdad por sexo desde la selección de recursos humanos.
Se pueden tomar
como referencia la estadística en bruto, y estudiar el motivo por el cual en
sectores como Administración General, Educación o Sanidad se presentan más
mujeres a los procesos selectivos que los hombres.
Algún
ex-Magistrado del Tribunal Constitucional ya ha comentado al respecto, que la
Ley Órganica de Igualdad acabará amparando a los hombres en la búsqueda de la
igualdad real y efectiva.
Lo mismo se
puede decir de algunos Cuerpos formados mayoritariamente por hombres como son
los de Polícia Local o las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Por lo que se
debería fomentar la participación de aquellos colectivos más
infrarepresentados, algo que se puede hacer con campañas de publicidad
institucional, o desde los institutos como una medida para captar recursos
humanos de una forma más equilibrada por sexo.
- Realizar un análisis de género de la valoración económica de los puestos de trabajo, comparando sectores con funciones equivalentes
Es cierto que a
simple vista la diferencia no es por sexo sino por el puesto que ocupan en el
ministerio o consejería, pero también verdad que esos puestos peor pagados
suelen ser los referidos a materias como son los servicios sociales o empleo.
Sectores más feminizados que el resto de la AAPP.
- Promover sistemas de promoción y desarrollo profesionales objetivos frente a los nombramientos de libre designación.
Se puede hacer
una selección a ciegas, sin tener en cuenta el nombre y sexo de las personas
candidatas, por lo que se acabaría de forma objetiva con cualquier sesgo de
discriminación.
- Analizar quiénes acceden a la formación continua y las modalidades por las que optan unas y otros.
Fomentar cursos
online para que todas las personas trabajadoras de la AAPP pueda tener más
fácil la conciliación familiar, y hacer
los cursos a las mejores horas disponibles para ellas y ellos.
- Abandonar la cultura del presencialismo.
Con la pandemia
todo el mundo ha podido comprobar de primera mano la importancia del
teletrabajo. Se trata incluir la forma telemática como algo normal, y no una
excepción.
Para ello sería necesario controlar el cumplimiento de unos objetivos e
indicadores para poder medir esta forma de trabajo. Además, se tiene que
regular la desconexión digital para evitar llamadas o correos electrónicos
fuera de la jornada designada.
- Formar en materia de igualdad de oportunidades.
Algo que debe
hacerse en todas las etapas educativas, evitando las etiquetas por razón de
sexo, y que influyen a lo largo de la vida de las personas a la hora elegir
estudios o en su propia personalidad.
Finalmente,
deben evitarse comportamientos paternalistas o sexistas dentro de la AAPP.
Incluido no sólo
por parte de las personas que trabajan en el sector público, sino también por
parte de la ciudadanía que en ocasiones trata de forma más desconsiderada a las
empleadas públicas.
Esos comportamientos
suceden en ocasiones por razones culturales, cuando realizan trámites
extranjeros provenientes de países con menos perspectiva de género. Incluso en
estos casos, es el varón el que hace los trámites en representación de las
mujeres, y prefieren, además, ser atendidos por funcionarios que por funcionarias
aunque tengan menos conocimientos para darles una solución apropiada.